En Chile existen muchos instrumentos de protección de ecosistemas. El clásico es el SNASPE (Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado), que contiene como figuras a los Parques Nacionales, Reservas Nacionales y Monumentos Naturales. Los Santuarios de la Naturaleza se consideran como una figura “complementaria al SNASPE”. La distribución de las áreas protegidas ha sido ampliamente criticada. En esta ocasión quiero referirme a la Región Metropolitana de Santiago (RMS), con comparaciones siempre odiosas con otras regiones. LEER MÁS...
- La RMS tiene 2 hectáreas por cada 1000 habitantes de áreas silvestres protegidas (SNASPE). En cambio, la Región de Magallanes tiene 48mil hectáreas por cada 1000 habitantes.
- El 50% de las áreas del SNASPE están en la Región de Magallanes, casi el 30% en la Región de Aysén. En la RMS sólo se encuentra el 0,1% de las áreas del SNASPE.
- Dicho de otro modo, la vegetación protegida per capita es equivalente a 20m2 en la RM de Santiago.
- El 50% de las áreas del SNASPE están en la Región de Magallanes, casi el 30% en la Región de Aysén. En la RMS sólo se encuentra el 0,1% de las áreas del SNASPE.
- Dicho de otro modo, la vegetación protegida per capita es equivalente a 20m2 en la RM de Santiago.
Considerando lo anterior, si le sumamos otras áreas vegetadas de alta calidad a partir del ejercicio de Rodríguez et al (2000), que consideró sectores de Piedemonte Andino, quebradas y cajones cordilleranos, laderas altas de la Cordillera de la Costa y Cerros Islas, y, excluyendo las áreas sin vegetación, urbanizadas y cultivadas, la superficie con vegetación natural per capita en la RMS sería de aproximadamente 235m2. Ésta es una estimación muy gruesa, pero representativa del problema de la escasez de espacios naturales en la RMS.
En otro cálculo express que hice, a partir del catastro de usos del suelo y bosque nativo de la RMS, usando mismos los criterios para discriminar entre zonas de alto, mediano y bajo valor ambiental del Libro Rojo de la Región de O’Higgins, se obtiene una tasa per cápita de vegetación natural, considerable como alto valor, de aproximadamente 446m2
El problema ambiental radica en los lugares donde “falta vegetación natural”. Ayudaría a la gestión ambiental el entender a quiénes y cómo les genera beneficios la existencia y condición de esos ecosistemas y como podríamos extenderlos a otras áreas.
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