En Cuenca en el 2004, en la segunda Alcaldía de Fernando Cordero, el Concejo Cantonal prohibió el ingreso de menores de edad a estos espectáculos por el grado de violencia que había contra los animales. En Loja también se prohibieron los espectáculos públicos donde se maten animales, en abril del 2010, bajo una resolución, el Cabildo declaró que en esa jurisdicción no se pueden realizar corridas de toros. LEER MAS...Desde el 2005 están prohibidas las corridas de toros en la capital azuaya. En ese año, el Concejo Cantonal aprobó una ordenanza de Protección a los Animales Silvestres y Domésticos.
La causa fue el reclamo de las organizaciones de defensores de animales. El rechazo principal era para las corridas de toros que se organizaban en noviembre, por las fiestas de Independencia de Cuenca. Se cumplieron por más de una década y se realizaban en la Plaza de Toros Santa Ana, en el sur de la ciudad.
Tres años antes de la prohibición, las agencias de viajes vendían el espectáculo taurino dentro de los paquetes turísticos, recordó Irma Ugalde, miembro de la directiva de Agencias de Viajes del país. “Casi siempre los eventos tenían una gran concurrencia de familias enteras”. Para Ugalde, con esta ordenanza Cuenca perdió inversión y mayor ingreso turístico.
En el 2004, en la segunda Alcaldía de Fernando Cordero, el Concejo Cantonal prohibió el ingreso de menores de edad a estos espectáculos por el grado de violencia que había contra los animales.
Un año más tarde, en la administración de Marcelo Cabrera, la entonces concejala María Caridad Vázquez, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, promovió y planteó una normativa.
“La ordenanza no nació para prohibir las corridas de toros sino se buscó proteger a todos los animales silvestres y domésticos”.
Pero el tema más polémico fue el capítulo que prohíbe todo espectáculo público donde se maltraten o maten animales, como se plantea en la pregunta de la consulta. “Quedó en la memoria de los cuencanos que la ordenanza prohíbe la corrida de toros y cambió la conceptualización de los derechos de los animales”, dijo Vásquez, del movimiento País.
En ese entonces hubo voces de rechazo de empresarios, criadores de ganado y aficionados. En la actualidad, en la plaza de toros San Ana, que tiene capacidad para 10 000 personas, se realizan rodeos montubios y presentaciones artísticas. La administración está a cargo de la empresa Cadecem, que fue creada por el Centro Agrícola Cantonal y el ex Centro de Reconversión de Azuay.
En la capital lojana también se prohibieron los espectáculos públicos donde se maten animales. En abril pasado, bajo una resolución, el Cabildo declaró que en esa jurisdicción no se pueden realizar corridas de toros.
Es decir, el Municipio no dará permiso para ese tipo de actividad. Según el edil Juan Medina, la propuesta nació para evitar que se replicara esta fiesta de otros cantones vecinos como Gonzanamá y Celica, donde los espectáculos taurinos son constantes.
En la urbe no hay plaza de toros. Medina, quien llegó al Concejo con el apoyo del Prian, dijo que en la actualidad también buscan normar las peleas de gallos.
Para Vásquez, las corridas están entre los actos más violentos donde están involucrados animales.
Según ella, guarda videos sobre cómo preparaban a los toros para las corridas. “Llega agotado, sediento, maltratado... Desde antes el animal es maltratado”.
Tres años antes de la prohibición, las agencias de viajes vendían el espectáculo taurino dentro de los paquetes turísticos, recordó Irma Ugalde, miembro de la directiva de Agencias de Viajes del país. “Casi siempre los eventos tenían una gran concurrencia de familias enteras”. Para Ugalde, con esta ordenanza Cuenca perdió inversión y mayor ingreso turístico.
En el 2004, en la segunda Alcaldía de Fernando Cordero, el Concejo Cantonal prohibió el ingreso de menores de edad a estos espectáculos por el grado de violencia que había contra los animales.
Un año más tarde, en la administración de Marcelo Cabrera, la entonces concejala María Caridad Vázquez, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, promovió y planteó una normativa.
“La ordenanza no nació para prohibir las corridas de toros sino se buscó proteger a todos los animales silvestres y domésticos”.
Pero el tema más polémico fue el capítulo que prohíbe todo espectáculo público donde se maltraten o maten animales, como se plantea en la pregunta de la consulta. “Quedó en la memoria de los cuencanos que la ordenanza prohíbe la corrida de toros y cambió la conceptualización de los derechos de los animales”, dijo Vásquez, del movimiento País.
En ese entonces hubo voces de rechazo de empresarios, criadores de ganado y aficionados. En la actualidad, en la plaza de toros San Ana, que tiene capacidad para 10 000 personas, se realizan rodeos montubios y presentaciones artísticas. La administración está a cargo de la empresa Cadecem, que fue creada por el Centro Agrícola Cantonal y el ex Centro de Reconversión de Azuay.
En la capital lojana también se prohibieron los espectáculos públicos donde se maten animales. En abril pasado, bajo una resolución, el Cabildo declaró que en esa jurisdicción no se pueden realizar corridas de toros.
Es decir, el Municipio no dará permiso para ese tipo de actividad. Según el edil Juan Medina, la propuesta nació para evitar que se replicara esta fiesta de otros cantones vecinos como Gonzanamá y Celica, donde los espectáculos taurinos son constantes.
En la urbe no hay plaza de toros. Medina, quien llegó al Concejo con el apoyo del Prian, dijo que en la actualidad también buscan normar las peleas de gallos.
Para Vásquez, las corridas están entre los actos más violentos donde están involucrados animales.
Según ella, guarda videos sobre cómo preparaban a los toros para las corridas. “Llega agotado, sediento, maltratado... Desde antes el animal es maltratado”.
Fuente: El Comercio
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