
Luego de ver que el perro había mordido su biblia, lo amarró del cuello con un cable eléctrico y lo colgó de un árbol. Como no le bastó con eso, después le prendió fuego y trató de esconder sus cenizas debajo de unas plantas.
La mujer de Carolina del Sur, Estados Unidos, arriesga una sentencia de entre 180 días y cinco años de prisión por su acto. Hoy se encuentra detenida en la cárcel del Condado de Spartanburg esperando su juicio.
Fuente: Informe 21
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