Aún cuando el 2010 fue el clímax, el año récord de esta última década en lo que se refiere a desastres naturales y nos alerta sobre las contingencias venideras que tendremos que sortear o defendernos ante las respuestas que dará la naturaleza (por tanto agravio que ha recibido de la raza humana), también fue el año más activo que ha tendido Las Naciones Unidas (ONU) en materia ambiental: Tres conferencias mundiales y una Cumbre, todas sobre el Cambio Climático. Leer Más...
Estas contingencias naturales y esos esfuerzos organizativos nos allanan el camino, para decir, sin lugar a ningún tipo de equivocaciones, que el 2011 se perfila como el año de los ambientalistas, ecologistas y conservacionistas.
Vislumbrándose también, como uno de los momentos estelares del periodismo ambiental, que estará robustamente acompañado por los cientos de periódicos digitales e impresos que están dedicados, en el mundo, al tema ambiental o mantienen importantes secciones sobre la conservación del ambiente. Además, que hay que sumar, a los valientes aportes divulgativos que están haciendo los miles de blogueros que cada día se involucran y la creciente solidaridad activa de los medios televisivos y radiales, donde juntos consolidaran un demoledor fenómeno mediático al producir una tenaz sinergia a favor de la defensa del planeta.
¿Pero cuáles son esos indicadores que nos permite inferir tanta estelaridad a favor del planeta Tierra para el año 2011?
El Club de los países contaminantes se siente al descubierto y evidencia temor.
La globalización a través del internet, herramienta creada y pulida por esos mismos países que envenenan el planeta y que tuvo como fin diseñar una red invisible de comunicación para controlar a distancia a organizaciones o ejecutar en tiempo real sus estrategias, también ha servido para permitir comunicarnos y unirnos. Nos puso en alerta y “accidentes”, como la filtración de documentos clasificados que Wikileaks colocó de lectura libre en el ciberespacio, nos permitió descifrar, descubrir, el “modus operandi” del Club de los contaminadores. Hoy, podemos decir con propiedad “aquí todos nos conocemos y sabemos cuales son los intereses de cada quien”. Y sus intereses (la de los contaminadores), no son los mismos, que la del resto de la humanidad y de la vida de todas las especies.
Así mismo, ellos ya no pueden ocultar que temen, porque saben que están haciendo mal. Son los responsables directos de que anualmente más de 250 millones de personas sean afectadas por los desastres naturales, producto del cambio climático. Donde su irresponsable estilo de vida ha desencadenado en feroces incendios en Rusia, sequías o masivas inundaciones en Asia y África, sismos, terremotos, tsunamis, huracanes, deshielamiento del Ártico y pérdida de una buena parte de la biodiversidad en cada uno de los continentes.
La salida está en nuestra inteligencia y creatividad, que serán las invencibles armas para detener a los contaminadores y destructores de la naturaleza. Quienes no compartimos su antinatural conducta, estamos obligados a organizarnos y actuar. Así, como ellos han boicoteado, embargado o bloqueado a naciones para asfixiarlas económicamente, igual, y con sobradas razones, el resto de los cada vez más informados habitantes de este planeta lo puede hacer.
¿Por qué comprar un producto fabricado por una nación que contamina el planeta?, ¿Por qué consumir un bien si esa nación mata a las ballenas?,¿O no defiende sus bosques?
Somos un gran ejército de millones de pequeños liliputienses frente a unos obesos e inconscientes gulliveres, donde nuestros finos hilos comunicacionales harán las solidas e irrompibles redes para atraparlos, reducirlos y frenar definitivamente tanta impunidad ambiental.
Tenemos todo a nuestro favor. El 2011 será el año.
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