Liberen a Ramba! ¡Liberen a Ramba! Esa es la frase más frecuente que sale de la boca de Florencia Trujillo desde hace ya varios meses. Ramba es una pobre elefanta maltratada por años en el Circo Los Tachuelas. Siendo parte del show ha vivido años de miedo, soledad, dolores y heridas las cuales hoy Florecia quiere cerrar. Quiere soltarla de esa enorme cadena a la cual el circo la ha atado una vida entera. Ha decidido dar la lucha. El desafío es liberar a Ramba del circo y llevarla a un Santuario de Elefantes en Estados Unidos donde pueda terminar sus años siendo lo que realmente es: una elefanta y no una estrella de un show circense. LEER MAS...
La pelea que está dando, junto a un equipo interdisciplinario, no es fácil. Solo una mujer fuerte y tremendamente comprometida podría liderar esta batalla. Las investigaciones de Ecopolis, organización defensora de los animales, han determinado que el Servicio Agrícola Ganadero no ha cumplido con su deber, que se han transgredido normas, acuerdos internacionales y que el Gobierno no ha hecho su trabajo en esta materia. Negligencias que tienen a Ramba en una situación extremadamente delicada y de la cual hay que sacarla con urgencia.
A través de su cargo como Directora de Ecópolis ha organizado la lucha sumando a diferentes representantes de diversas áreas: actores, modelos, periodistas, políticos, animadores, músicos, entre otros, son rostros de la campaña. Y fue el mismo líder de Jamiroquai quien en su último concierto en Chile pidió públicamente la liberación de Ramba. Florencia ha organizado marchas en diferentes ciudades de nuestro país, ha sostenido reuniones con parlamentarios, le ha escrito al Presidente Sebastian Piñera y ha puesto la historia de Ramba en la agenda nacional.
Probablemente nunca se imaginó nada de todo esto cuando estudiaba en el Líceo N°1 de niñas Javiera Carrera. “El mismo que el de la Michelle Bachelet”, cuenta con orgullo. En la Universidad Católica de Valparaiso se Licenció en Historia. En esa época hacía animaciones infantiles y se disfrazaba de ratón. “Hacía títeres con historias de animales…los niños miraban embobados. Todos los fines de semana eran decenas de niños pidiendo atención…llegaba de vuelta a casa despeinada, arrastrando el saco de juguetes, con restos de pintura en la cara …”, comenta recordando aquellos momentos.
Ya en sus años de colegiala Florencia sentía un especial respeto por los animales. Importante fue la influencia de sus padres. “Mi mami me enseñó a leer con los cuentos de Hans Christian Andersen, recuerdo que leía La Sirenita en voz alta, mientras ella cosía en una Remington. Mi papi era querendón de los animales, recuerdo que les hablaba a los perros de la casa, les hacía cariño y les convidaba de su desayuno, era un ritual”, comenta con alegría. En su familia había una relación especial y de amor con los animales, pero comían carne, acto que la hizo reflexionar y posteriormente decidió ser vegetariana.
La motiva a seguir cada día el deseo de justicia. “Después de entender, por ejemplo, que los mamíferos tienen un sistema nervioso central que nos iguala en la capacidad de sufrir, ¡y nos supera en otras!, después de entender que los animales tienen necesidades que satisfacer y que el único argumento para negarlas es una razón esgrimida desde el antropocentrismo, me doy cuenta de que debo seguir”, comenta y agrega “cuando uno siente genuina curiosidad por lo que te rodea y terminas sabiendo que los elefantes son seres inteligentes, jugetones, socialmente complejos ¿Cómo tolerar que el sufrimiento te pase por el lado y no hacer nada? ¡pudiendo hacerlo!”.
Esta mujer futura abogada no olvida una frase que la ha marcado y que también la inspira en su lucha diaria, “Salvar a un animal, ciertamente, no cambiará el mundo, pero para ese animal, el mundo cambiará para siempre”.
http://www.mujerypunto.cl/?p=2443
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