Fernando Dougnac, Abogado, Presidente de FIMA (Fiscalía del Medio Ambiente), Premio Nacional de Medio Ambiente 2003.
"Hidroaysen no es necesario pues no obedece a una real necesidad del país, sino que a la pretensión exacerbada de ejercitar el derecho a realizar cualquier actividad económica lícita por parte de los dueños del proyecto, sin que les preocupe realmente el deterioro ambiental irreversible que ello puede acarrear. Decimos que no es una necesidad real pues en Chile no existe un consenso social respecto de que "es" el desarrollo que el país busca. Esta falta de definición lleva a confundir desarrollo económico con desarrollo humano, conceptos que no son sinónimos tal como se puede constatar en el mundo mal llamado "desarrollado" donde la calidad de vida de las personas no va aparejada al crecimiento económico. Los índices de insatisfacción en ellos son iguales o superiores a los de los países sub desarrollados. De ahí que las nuevas constituciones de Bolivia y Ecuador recojan como guía del actuar del Estado en la búsqueda del bien común, el término o concepto indígena del "vivir bien". Surge entonces la pregunta ¿Nuestra sociedad vivirá mejor con la creación de las cinco o seis represas en Aysén? Desde mi perspectiva, no por cuanto sólo beneficiará a unos cuantos, pero seremos los demás los que nos empobrezcamos al perder parte de nuestro patrimonio ambiental, el cual está expresamente comprendido dentro de la función social de la propiedad y como límite de ella (inciso 2º del Nº 24 del artículo 19 de la Constitución). De tal manera, el derecho de propiedad termina donde empieza la protección de ese patrimonio ambiental. Si a todo lo anterior agregamos, además, la existencia de medios alternativos para suplir el déficit estimado de energía (ahorro energético, mejor aprovechamiento de los recursos hídricos ya intervenidos, nuevas forma de generación como la eólica, solar, geotérmica, etc.), déficit considerado solamente desde la perspectiva del crecimiento económico pero no del crecimiento social, tenemos que no existe razón para sacrificar el patrimonio ambiental en aras del enriquecimiento de unos pocos."
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