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La erupción del volcán Puyehue está lanzando gases y cenizas que se extienden desde la cordillera hasta la costa atlántica. Cómo puede afectar esta ceniza a los animales en general y a las ballenas en particular?  En esta nota recopilamos algunos trabajos que pueden ayudar a comprender los mayores riesgos, aunque todavía falta saber cual será la evolución del fenómeno geológico y que sustancias está liberando a la atmósfera. LEER MAS...

Para el caso de las ballenas, estas tienen el mismo problema que su contraparte terrestre de mamíferos silvestres o domésticos en cuanto a la respiración contínua de cenizas. Y, aunque no tienen el problema del “pastoreo” de hierbas, la ceniza también cae sobre el mar y se deposita en el lecho marino.  Si las cenizas están contaminadas con fluor u otros metales pesados o sustancias tóxicas, decantan sobre el fondo, se solubilizan o forman nuevos compuestos.  Las ballenas francas australes por ejemplo, “dragan” el fondo marino, buscando en los sedimentos alimento durante el invierno en el Golfo Nuevo. La peligrosidad dependerá de la cantidad y tipo de material sedimentado, y la cantidad de tiempo que las ballenas permanezcan en ese lugar.

La emisión de fluor del Monte Etna en Italy es considerada la mayor fuente de fluoruros del planeta, ya que libera en promedio 70 Gg de HF por año.  Otro caso más cercano en el tiempo es el El volcán Eyjafjallajökul que hizo erupción en 920, 1612, 1821 -1823, y finalmente el 20 de marzo y 14 de abril de 2010 que obligó a interrumpir el tráfico aéreo del norte de Europa. En esta ocasión los niveles de fluor también excedían los límites normales para la fauna silvestre.

La navidad de 1988 trae consigo la erupción del complejo volcánico Lonquimay en la cordillera de Los Andes, que emitió un flujo de lava de más de 5 km. de longitud en territorio chileno. Un estudio realizado por el Med. Vet. C. A. Prio, determinó que los animales expuestos a las cenizas del volcán sufrieron envenenamiento por fluor. Una de las plantas de las que se alimentan las ovejas es el coirón dulce ( Festuca pallescens) mostraron niveles entre 133 y 181 ppm de fluor. El  valor máximo de referencia considerado normal es de 40ppm.

Las plantas absorben por las raíces las sustancias inorgánicas de las cenizas volcánicas que se solubilizan en el agua del suelo.  Estos vegetales contaminados con fluor que son ingeridos por los animales provocan los fenómenos de osteoflúorososis. En muestras de orina de obtuvieron valores altos,  y este exceso de flúor provoca un deterioro de los epitelios tubulares con cambios degenerativos a nivel del parénquima renal. Cuando se hicieron análisis en los huesos, se obtuvieron muestras con valores muy elevados. Muchas muestras mostraron estar en el umbral tóxico, con valores de más de 9200 ppm de fluor en hueso. El examen clínico demuestró un aumento significativo de la fosfatasa alcalina, propia de una alteración ósea condicionada por un exceso de flúor. Asimismo, los niveles de proteína sérica estaban por debajo del valor inferior del rango normal, igual que las concentraciones de calcio detectadas.

Las vacas por ejemplo pueden ser alimentadas con raciones de forraje que contengan niveles de fluoruros de 30 a 40 ppm. sin que presenten manifestaciones clínicas. Pero con niveles de 40 a 60 ppm. de fluoruros en el alimento y después de 2 a 3 años, se tendrán niveles de 2500 a 3000 ppm en huesos. Los efectos tóxicos del flúor varían según la cantidad ingerida, solubilidad, y disponibilidad del compuesto de flúor y la edad del animal.

Los animales contaminados por el Lonquimay presentaron signos de claudicación, especialmente en los miembros anteriores, debilidad para deambular, posición frente en decúbito-esternal, dolor a la palpación en los huesos largos (metacarpianos).- El pelaje se observó hirsuto y sucio de cenizas.- A nivel de la boca había un marcado desgaste dentario con remoción temprana de los mismos.-            Asimismo, los animales presentan un estado general deficitario por una crisis nutricional (falta de forraje y sequía).- Esto significó un aumento del anestro en vacas de cría.- Este se comprobó a través de una disminución del 20% en los promedios de preñez en la zona, diagnosticados por medio de la técnica de tacto rectal.  También se encontraron cenizas en los proventrículos de los rumiantes en cantidades que oscilaban entre 2 y 4 kilos, particularmente a nivel de librillo, produciendo una gastroenteritis hemorrágica.

Fuentes: