La sobreexplotación agotó el jurel al punto de hacerlo vulnerable a la extinción. Ahora las autoridades estiman que habrá unos tres mil los despidos.
Hasta hace poco en la sección de conservas de los supermercados era común encontrar tarros de jurel de diversas marcas. Hoy basta recorrer un par de locales para percibir que este alimento prácticamente ha desaparecido. Leer Mas...
La situación de esta especie es crítica y la repercusión en el empleo de las localidades más golpeadas por el terremoto de febrero del 2010, casi una broma cruel del destino: la Secretaría Regional Ministerial del Trabajo del Biobío estimó ayer que los despidos ya alcanzan a unas 2.400 personas y que la cifra puede llegar a las tres mil.
Sólo en la Región del Biobío se desembarcó, en 1995, alrededor 4,5 millones de toneladas de jurel. Para este año en cambio la cuota sugerida por la Subsecretaría de Pesca y aprobada por el Consejo Nacional de Pesca es de 315.000 toneladas. Esta magra cifra representa además una disminución de un 76% respecto de 2010, cuya cuota se fijó en un 1,3 millón de toneladas.
Este preocupante descenso obedece, según el subsecretario de Pesca, Pablo Galilea, a que "las pesquerías en Chile se han administrado sobre la base de criterios comerciales, sociales y políticos, sin pensar en la sustentabilidad. Ahora no solamente Chile ha pescado más allá de lo que los recursos soportan, también lo han hecho otros países".
Con este análisis concuerda el académico e investigador de la Unidad Tecnológica Pesquera (UNITEP) de la Universidad de Concepción, Hugo Arancibia, quien además planteó a La Hora que esta práctica de pesca indiscriminada operó "como si no hubiera sido regulada, porque los gobiernos de la Concertación siempre respondieron a los agentes extractivos que presionaban por mayores cuotas con las que el empleo es directamente proporcional".
Consciente del peligro que corre esta especie la Subsecretaría de Pesca y la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur (ORP) rebajaron drásticamente la cuota 2011.
"No solamente los pescadores necesitan recursos para hoy día, sino también para el mediano y el largo plazo", explica Galilea.
Se concuerda que la recuperación de la población de jureles no se concretará antes de cinco o diez años. Y para ello, según el investigador de UNITEP, "primero se tiene que recuperar la biomasa de peces adultos, para darles la oportunidad a que sus periodos reproductivos sean exitosos y así incrementar nuevos ejemplares al stock".
COPESA
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