En el mundo civilizado las centrales termoeléctricas a carbón ya se consideran absolutamente obsoletas.
La diputación de Amberes, en Bélgica, rechazó la solicitud de la empresa E.ON de construir una planta termoeléctrica de última generación por considerar que afectaría de manera negativa y desproporcionada el medio ambiente. LEER MAS...
La empresa alemana pretendía construir una planta de carbón de última generación con una potencia de 1.100 megavatios de potencia, menos de la mitad de lo que producirá Castilla, lo que correspondía a cerca del 8% de la energía eléctrica de Bélgica. Para ello, E.On sometió su proyecto a los sistemas de calificación ambiental de Amberes, diputación que finalmente rechazó la solicitud.
“Esta planta de carbón que anualmente produciría como basura solamente por concepto de CO2 más de 6 millones de toneladas de este nocivo elemento al ambiente, lo mismo que produce un equivalente de 3 millones de automóviles”, sostiene la autoridad de Medio Ambiente Rik Röttger.
La solicitud de E.ON recibió 474 objeciones. “La planta de carbón sería de negativa y desproporcionada afección para el medio ambiente y por tanto no admisible. A pesar el proyecto propiciado por E. ON es una planta de carbón de alta calidad, diseñada con tecnología de punta y bajo planes estrictos para construirla “, declaró Röttger.
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