La humanidad se encuentra enfrentando un gravísimo problema, al cual ha arrastrado a otras miles de especies animales y vegetales. El ambiente está cambiando, está sufriendo enormes modificaciones y a una velocidad vertiginosa. Esto es una realidad concreta y científicamente demostrada que nadie puede dudar.
Luego comienzan los juicios de valor sobre las causas de este deterioro ambiental. Los ecologistas y ambientalistas, en su gran mayoría, sostenemos que el origen de buena parte de estas modificaciones se debe a actividades antropogénicas y que, por ese mismo motivo, en nosotros se encuentra la responsabilidad y la obligación de intentar, con todos los medios que tengamos a nuestra disposición, revertir esta situación. LEER MAS...
También hay otras voces, provenientes de los estratos más altos del poder mundial, o de científicos, periodistas, investigadores y otros personajes, que a cambio de beneficios personales, intentan desviar la atención, sosteniendo que el origen es en realidad el propio comportamiento cíclico de la naturaleza. De tal forma, deslindan responsabilidades sobre el caro costo a pagar para intentar revertir esta situación, demoran la toma de decisiones sobre los cambios de fondo en el modelo y se permiten continuar un tiempo mas con sus vidas llenas de lujos, pero huecas de sensibilidad.Pero lo que todos sabemos, es que nuestro hogar se está deteriorando rápidamente, y que si no hacemos el intento de revertirlo, esto continuará empeorando hasta hacer imposible la vida sobre la Tierra, tal como la conocemos. Algo hay que hacer, y ya mismo.
El problema que se nos plantea es por donde empezar. Cuales son los primeros pasos a dar, para iniciar esta nueva etapa social de la humanidad.
Desde hace ya muchos años, existe una creciente cantidad de movimientos ambientalistas de todo tipo que, cada uno desde su lugar, intentamos hacer nuestro aporte a esta lucha, que es de todos y todas, por detener el deterioro ambiental e intentar revertirlo. Son infinitas las acciones que se están tomando, desde reforestar hasta reciclar materiales, limpiar playas, fomentar el uso de energías renovables, y muchas mas.
Sin embargo, la suma de todos nuestros esfuerzos, evidentemente, sigue siendo insuficiente. Y es que todas esas semillas necesitan primero tener una tierra fértil donde nutrirse, para luego echar raíces y comenzar a crecer, con vigor y determinación.
Esa tierra fértil se llama Educación Ambiental. Pero no hablamos sólo de una materia en los colegios, sino de una educación ambiental abarcativa, que incluya a todos y cada uno de los niveles y sectores de la sociedad, ya sean estos productivos o no.
Esta es una herramienta fundamental para lograr un cambio de actitud y de comportamiento en la sociedad, no sólo en los productores sino también en los consumidores de todo el mundo.
La información y el conocimiento generarían el salto de conciencia necesario, para los procesos de sensibilización y formación. Para tener una nueva actitud hacia la Madre Tierra. Una mayor conciencia ambiental generalizada, sería la base para preservar, cuidar y actuar más responsablemente.
El verdadero cambio llegará, cuando todas y todos, tengamos conciencia del impacto ambiental de cada uno de nuestros actos y esto se convierta en un factor determinante a la hora de tomar, desde la más simple a la más compleja de nuestras decisiones.
Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net
Editorial Ambiente y Sociedad N° 482
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