Considerado como el mayor almacén de energía del planeta, el mar de Chile nos promete un esplendoroso futuro en materia energética. Pero a pesar de ser uno de los países con mayor potencial mareomotriz, el país está lejos de un desarrollo que le permita aprovechar un recurso autorrenovable y limpio.
Chile y el mundo miran hacia las energías limpias y renovables. Una de las más desconocidas y menos desarrollada es la energía mareomotriz, tan importante como las demás. Según diferentes estudios internacionales, poseemos en esta energía un potencial altamente privilegiado. Uno de ellos, encargado por el Banco Interamericano del Desarrollo a la empresa inglesa Garrad Hasan, concluyó que Chile tiene un potencial bruto en energía mareomotriz —sólo a través del oleaje— de unos 164 GW, con lo que supera diez veces al actual Sistema Interconectado Central. LEER MAS...
Las conclusiones del estudio señalan que los mejores lugares son el Canal de Chacao, el Golfo de Corcovado, el Estrecho de Magallanes, Ventanas, San Antonio, San Vicente y Puerto Montt. Pero para que estos proyectos se hagan realidad falta mucho por definir.
LA HISTORIA
En el transcurso del tiempo se han diseñado y construido diferentes dispositivos para transformar la energía de las olas en energía útil, generalmente electricidad. En el antiguo Egipto se utilizaban molinos de marea que aprovechaban la diferencia entre mareas, pero los primeros molinos de marea modernos aparecieron en Francia en las costas bretonas, sólo a partir del siglo XII. No es de extrañar entonces que hayan sido los franceses los primeros en desarrollar una planta de energía mareomotriz en el mundo. En el verano de 1967 el país galo puso en marcha una planta en el río Rance, un estuario del canal de la Mancha. Semejante a una gran central hidroeléctrica, La Rance tiene un dique de 750 metros y una potencia instalada de 240 megawatios. Produce 640 millones de kilowatios hora al año, lo suficiente como para abastecer a 2.750.000 habitantes. El coste del kwh resultó similar o más barato que el de una central eléctrica convencional, sin contar el precio de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera ni el consumo de combustibles fósiles ni los riesgos de las centrales nucleares. Sin embargo La Rance presentó problemas medioambientales, como desbordes del río, cambios de salinidad en el estuario y en el ecosistema.
Diversas iniciativas de pequeña escala están instalándose actualmente en más de una docena de países. Canadá, Escocia, Australia, India, China, Suecia, Japón y Portugal, se cuentan entre en los cuales la energía de las olas está floreciendo. Los problemas técnicos se han ido solucionando paulatinamente. Pero el gran obstáculo es financiero. Esto porque la energía del mar no fue diseñada para ahorrar dinero sino para "salvar el mundo".
Los primeros investigadores solían decir que la energía era gratuita porque los dioses proveían las olas. En el otro extremo, otros, menos optimistas, usaron altas tasas de interés, lo cual afectó a la energía de las olas injustamente, por tratarse de una tecnología de alta inversión de capital, en la cual la mayor parte del gasto es durante la construcción.
El "establishment" de la energía no ha sido de gran ayuda para su desarrollo. Como es natural, no vio con beneplácito la aparición de un nuevo rival para sus mercados. Gobiernos y empresas pusieron énfasis en el cálculo de costos convencional. Empero, por primera vez en 50 años, el gran adelanto ahora está a la vista. Dentro de pocos años, será posible obtener la electricidad de las olas de la red de suministro en muchos países. Un ejemplo es Portugal, los lusos pusieron en marcha en 2009 una peculiar tecnología llamada Pelamis, la que se asemeja a una serpiente articulada, que oscila a medida que las olas avanzan en el mar. La oscilación de las articulaciones permite accionar generadores de electricidad y la energía es después recogida a través de un cable submarino y dirigida a la tierra. La planta ahora sólo dispone de tres "serpientes", que suponen un total de 2,25 MW, pero está previsto que próximamente sean 28 las máquinas en total, con las cuales se podrá abastecer la demanda eléctrica de 50.000 habitantes. El proyecto está liderado por la empresa de energías renovables Enersis, perteneciente a Endesa España.
Según diferentes estudios internacionales, Chile posee un potencial bruto en energía mareomotriz —sólo a través del oleaje— de unos 164 GW, superando diez veces al actual Sistema Interconectado Central.
COMO FUNCIONAN
En términos simples, la energía mareomotriz se produce gracias al movimiento generado por las mareas, la que es aprovechada por turbinas que mueven el mecanismo de un alternador conectado con una central en tierra que distribuye la energía hacia la comunidad y las industrias.
Al no consumir elementos fósiles ni tampoco producir gases que exacerban al efecto invernadero, se le considera una energía limpia y renovable. Dentro de sus ventajas es predecible, posee un suministro seguro cuyo potencial no varía al año notoriamente, y sólo se limita a los ciclos de marea y corrientes. La instalación de este tipo de energía se realiza en ríos profundos, desembocaduras (estuarios) de cursos de agua hacia el océano y debajo de este último aprovechando las corrientes marinas.
También existen otras soluciones que están asociadas al aprovechamiento energético marino como la "energía maremotérmica" que se obtiene por la diferencia de temperaturas entra las aguas profundas y las cercanas a la superficie marina. Esta solución sólo se utiliza en aguas tropicales, donde la diferencia ronda los 20 grados de temperatura, a diferencia de otras latitudes en que la diferencia es menor y no compensa utilizarla. Otra alternativa es la "energía undimotriz" obtenida por el movimiento de las olas. Una tercera alternativa es la "energía azul" o potencia osmótica, obtenida por la diferencia en la concentración de la sal entre el agua de mar y el agua de río con el uso de la electrodiálisis inversa.
Todas estas soluciones tienen la cualidad de ser autorrenovables, no contaminantes, silenciosas y disponibles en cualquier clima y época del año. No obstante, la relación entre la cantidad de energía que se puede obtener con los medios actuales y el costo económico y ambiental de instalar los dispositivos para su proceso han impedido su expansión. Además como Chile no posee desarrollo de tecnologías mareomotrices, debe esperar al desarrollo externo de éstas para la posterior importación de los modelos.
LA CAPACIDAD EN CHILE
El Ministro Laurence Golborne asegura que para lograr duplicar nuestra capacidad de generación debemos disponer de energía segura, sustentable y a precios competitivos. En este contexto, afirma que mientras estuvo en su anterior cartera de Minería y Energía otorgó un importante énfasis al desarrollo de políticas, planes y programas de energías renovables no convencionales (ERNC). Agrega, además, que el monto destinado al programa ERNC del Ministerio de Energía para el 2010 y 2011 es de $9.356 millones de pesos y que la Ley de Presupuestos año 2011 también contempla la creación de un fondo de 85 millones de dólares para las energías renovables no convencionales, ejecutable a partir del 2012. Golborne asegura que la energía mareomotriz aún se encuentra en etapa de I+D: "En el corto plazo —dice— Chile puede avanzar en una caracterización más detallada de su potencial, así como la participación activa de los actores relevantes tanto públicos como privados, con el objetivo de preparar las condiciones adecuadas para su incorporación real, una vez que las tecnologías en desarrollo sean realmente competitivas''.
Para Golborne la razón por las cual este tipo de energía aún no convence del todo radica en el costo elevado de la tecnología en comparación con otras fuentes.
Las áreas con mayor potencial para instalar una central mareomotriz en Chile son el Canal Chacao, Puerto Montt, San Antonio, San Vicente, Ventanas y el Estrecho de Magallanes.
LAS AREAS CON MAYOR POTENCIAL
Raúl Ortúzar Maturana, ingeniero naval mecánico de la Dirección de Ingeniería de Sistemas Navales de la Armada de Chile y asesor del Centro Innovación Energética de la Universidad Técnico Federico Santa María, expresa que las ventajas del uso de la energía del mar radican en su excelente disponibilidad, al ser un recurso renovable e ilimitado y, al mismo tiempo, constituye una energía limpia que no produce emisiones de carbono a la atmósfera. "En Chile, por su morfología geográfica se producen fuertes corrientes en estrechos y canales que conectan las aguas interiores al océano Pacífico. Existe un enorme potencial de energía renovable, como es el caso de la zona del Canal Chacao y en la Primera y en el Estrecho de Magallanes, entre otras potenciales áreas geográficas", dice.
Un informe encargado por el Ministerio de Energía y desarrollado por la consultora Garrad Hassan Partners and Limited en mayo de 2009, concluye que para la utilización de la energía de las olas Chile posee una de las mayores densidades energéticas del mundo. En tanto, la empresa consultora Baird & Asociados estimó en 2008 que el total de energía disponible sería mayor: 240 GW, es decir 15 veces más que la actual potencia instalada en Chile, que corresponde a 16 GW.
Nicolás Faúndez, ingeniero civil electrónico UTFSM y gestor de proyectos de la Gerencia de Gestión del Centro de Energías Renovables, sostiene que "afortunadamente, las actuales tecnologías aplicadas a la energía mareomotriz y undimotriz están evolucionando hacia proyectos comerciales, los que han sido financiados por la Comunidad Europea o directamente con capital privado; pero para lograr una estabilidad y un crecimiento de este mercado es necesario el financiamiento bancario a mediano y largo plazo''. Y agrega que "las tecnologías de las olas y corrientes de las mareas están en un estado de desarrollo similar a los de la industria eólica en los 80; las que comercialmente podrían estar disponibles entre 2015 y 2025''.
Por su parte Andrés Enríquez Olavarría, jefe del Departamento de Oceanografía del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, SHOA, explica que "la alta disponibilidad ambiental de energía en el océano frente a nuestras costas, especialmente de aquella obtenida de las mareas, corrientes y de las olas, determina que nuestro país sea uno de los países con mayor potencial de desarrollo en el mundo en el campo de la energía renovable oceánica''. Enríquez coincide con la tesis de que es el sur de Chile la zona marítima ideal para instalar las centrales mareomotrices: "La configuración de los canales en el sur de Chile permite que las mareas generen en diversos lugares corrientes con velocidades varias veces superiores a las de océano abierto, permitiendo una mayor eficiencia en los procesos de extracción de energía", argumenta.
Una de las personas que más ha investigado acerca de esta energía en Chile es el ingeniero civil y master en ingeniería de la Universidad de Ohio René Fischman. Visionario y persistente, el ex asesor del Ministerio de Obras Pública y académico de la Universidad de Chile, presentó en 2005-2006 una propuesta técnica y económica que asociaba la energía mareomotriz al puente que uniría la Isla de Chiloé con el continente. Asociado con la empresa canadiense Blue Energy, Fischman estimaba en 65 millones de dólares los costos de este proyecto (un poco menos de dos meses de financiamiento del Transantiago), "sin embargo los gobiernos de Lagos y Bachelet hicieron oídos sordos a esta propuesta. Lagos prefirió un puente colgante con un costo cercano de 1.000 millones de dólares que al final nunca se construyó", dice Fischman, y agrega: "actualmente el precio en bruto total según nuestra investigación ronda los 3.000 a 4.000 millones de dólares. HidroAysén vale 7.000 millones de dólares. Pero dado el financiamiento privado internacional y bonos como los de carbono una vez construido, el costo inversión total se reduce bastante, además la deuda es amortizada en menos de cinco años generando ingresos, polos de desarrollo y energía 50% mas barata".
René Fischman ha continuado realizando proyectos en la zona de Chiloé, pero no ha podio ejecutar ninguno. En todos los casos trata de combinar energía y conectividad. "Las infraestructuras requeridas por estas instalaciones resuelven además de forma muy económica la unión vial que requieren los canales de la isla. Se matan dos pájaros de un tiro", dice. Sus proyectos tienen dos variantes: una que coloca dispositivos como los usados en el aprovechamiento de la energía eólica, marinizados y que se ponen a flujo libre y otros que concentran las aguas, como lo hacen las plantas hidráulicas convencionales, mediante muros y ductos para tener una mayor extracción de la energía disponible. Los primeros se denominan represas, los segundos vallas marinas.
Para los expertos es muy aventurado proyectar la evolución de este tipo de energía en nuestro país. Falta madurez en el mercado, lo que involucra linvestigación, desarrollo tecnológico, marco regulatorio y planes especiales de financiamiento, entre otros factores.
Respecto de los costes de inversión, estos, según Fischman, tienden a ser altos con relación al rendimiento debido a las bajas y variadas cargas hidráulicas disponibles, aunque no así en el caso de Chile. "Todas las generaciones de energía cíclicas —dice—, como la de mareas y corrientes o intermitentes como la solar y eólica, requieren de plantas convencionales de respaldo, lo que le resta competitividad. El SIC cuenta con varios embalses grandes que servirían de reguladores y acumuladores de la energía mareomotriz".
Raúl Ortúzar coincide con Fischman en que para el caso undimotriz Chile tiene una gran ventaja sobre otras regiones del globo, pues posee una alta densidad de energía por unidad de longitud, dada por la condiciones de oleaje regular producida en toda la cuenca del Pacífico, que la hace predecible: "Otra ventaja —dice— es que poseemos miles de kilómetros de costa, con fuertes pendientes en su fondo marino y además el recurso energético se encuentra muy próximo a los centros poblacionales o de consumo''.
Para los expertos es muy aventurado proyectar la evolución de este tipo de energía en nuestro país. No sólo hace falta poseer una extensa costa y un trozo de mar privilegiado, como es nuestro caso, sino también contar con cierta madurez en el mercado que involucra la investigación, el desarrollo tecnológico, el marco regulatorio y también la banca y sus líneas de financiamiento, entre otros factores. Nicolás Faúndez sostiene que "en el futuro Chile podría crear un polo de desarrollo tecnológico y de investigación en este campo, tanto para abastecerse de esta energía como para difundir y exportar tal tecnología''.
Dentro de esa línea, el Centro de Energías Renovables (CER) en conjunto con la División de Energías Renovables no Convencionales (DERNC) se han propuesto la misión de coordinar una "Mesa de Trabajo de Energía Marina" con los distintos sectores. Además se están desarrollando estudios de medición del recurso energético en el Canal de Chacao y un Catastro del recurso energético asociado al oleaje para el apoyo de proyectos undimotriz, con fondos de Corfo, Conycit y aportes privados. Es el comienzo de una larga historia.
http://www.revistaenfoque.cl/
Energía Mareomotriz en Chile Futuro esplendor
Publicado por
AnimaLaradio
sábado, 24 de septiembre de 2011
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