En la acalorada discusión sobre el proyecto de Hidroaysén se han dicho muchas falsedades que de tanto repetirlas se han convertido en mitos que no tienen ninguna validez y no pasan ningún test de mínima rigurosidad.
Primero, se dice que Chile necesita duplicar su consumo de energía en 10 años. Un simple examen de los datos disponibles en la CNE muestra que esto no es cierto porque desde hace 5 años el consumo se ha venido desacoplado del crecimiento. Por lo tanto para los próximos 10 años la demanda crecerá más o menos a la mitad del PIB.
Segundo, se dice que las centrales hidroeléctricas no contaminan, eso también es falso. A los ya conocidos impactos en los ecosistemas hay que agregar el impacto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero. Desde hace varios años se ha documentado que este tipo de centrales libera CO2 y Metano, y que podrían en algunos casos ser incluso más contaminantes que la misma energía producida con combustibles fósiles (Climatic Change, Volume 75, Numbers 1-2). LEER MAS...
Tercero, Chile necesita la energía que produce Hidroaysen. Esto tampoco es cierto, porque hay formas alternativas de tener esta energía. En particular solo por eficiencia energética se podría ahorrar entre un 15% a un 20% del consumo. Además, al usar energías no convencionales se podría también reducir la necesidad de producción en alrededor de otro 15%.Cuarto, los costos ambientales de las centrales térmicas son mucho mayores que los que produce Hidroaysén. Esto tampoco es cierto. Ya que si bien es cierto las centrales térmicas generan algunos impactos al entorno inmediato y emiten gases de efecto invernadero, su impacto es de más corto plazo toda vez que si la planta se detiene, deja de emitir. Por el contrario el impacto de Hidroaysen sobre los ecosistemas son irreversibles, no importa lo que se haga, la zona inundada se pierde para siempre.
Quinto, la energía hidráulica es más barata. Esto ya no es tan cierto, ya muchas de las energías alternativas son igualmente competitivas y con los adelantos tecnológicos en 10 o 15 años serán más baratas que las energías tradicionales (Ver estudio de la National resources defense council para comparar costos de energiahttp://www.nrdc.org/laondaverde/international/files/chilecostofenergy_sp.pdf.)
Si bien es cierto, el país necesita energía, no da lo mismo de donde obtenerla y se requiere un debate serio mirando el largo plazo para definir cual es la mejor manera de hacerlo, ya que dada las irreversibilidades, las incertidumbres y las externalidades asociadas no se puede dejar al mercado que diseñe nuestra política energética. Con toda esta información uno se pregunta si realmente vale la pena destruir parte de la Patagonia Chilena para un proyecto innecesario que comenzara a funcionar el 2025 cuando las energias alternativas sean más baratas. YO CREO QUE NO.
Andrés Ulloa Oliva 31 May 2011 / Blog Académico
http://economia.ucsc.cl/
Andrés Ulloa Oliva 31 May 2011 / Blog Académico
http://economia.ucsc.cl/
0 comentarios