
Para sorpresa del grupo se observó que un día parte del plástico en uno de los llamados platos de Petri (utilizados para cultivos en el laboratorio) había desaparecido.
Lo que los estudiantes habían descubierto es que el hongo denominado Pestalotiopsis microspora puede degradar plástico.
Luego de esto identificaron las enzimas más eficientes en la descomposición de poliuretano, un plástico utilizado ampliamente en la elaboración de fibras sintéticas, piezas para aparatos electrónicos y espumas para aislamiento térmico. LEER MAS...
Hasta ahora se conocían varios tipos de hongos que pueden descomponer, al menos parcialmente, algunas clases de plásticos, pero el Pestalotiopsis microspora puede hacerlo sin la presencia de oxígeno, una característica que puede ser usado en vertederos.
Las bolsas de plástico se utilizan muchas veces por sólo unos minutos –el tiempo que lleva llegar del supermercado a la casa- pero pueden tardar cientos de años en descomponerse. Muchas acaban en el mar, donde son ingeridas fatalmente por aves marinas.
Transformar un hallazgo del laboratorio en una herramienta de escala industrial puede ser un largo proceso. Los investigadores son concientes que el descubrimiento del hongo no es una solución mágica, sino un paso modesto hacia una meta importante.
Eso si que es una buena noticia.
Felicitaciones por el blog.