Con la huelga de 25 días en la mina de cobre de La Escondida, un sector de los empleados pidió que esta materia prima vuelva a manos públicas.
La titularidad del cobre existente en Chile, primer exportador mundial con un 37% de la producción global, volvió al tapete en las últimas semanas debido a la reciente huelga de los trabajadores de La Escondida, la mayor mina de cobre del planeta, ubicada 170 kilómetros al sureste de Antofagasta, en la Segunda Región de Chile. Los mineros exigían aumentos salariales por las alzas en el precio del cobre registradas en los últimos meses. LEER MAS...
El conflicto finalizó el 31 de agosto pasado, tras 25 días de paralización. Pero durante las movilizaciones no sólo se escucharon consignas que demandaban aumentos salariales. También fue posible oír a un grupo de mineros exigiendo la renacionalización del cobre, quienes llegaron a plantear la realización de un plebiscito para apoyar esta demanda.En una reciente entrevista, el vocero del Sindicato Nº 1 de la minera La Escondida señaló que le parecía “irrisorio” que la Constitución de Chile asegure que los yacimientos mineros pertenecen al país y que, por otro lado, las transnacionales saquen el cobre sin pagar. Luis Aranguiz, director de formación y educación del Comando de Defensa del Cobre con sede en Antofagasta, manifestó que hoy se vive un momento especial que ha abierto el debate en torno a la necesidad de impulsar la recuperación del metal rojo a través de una consulta ciudadana. “El objetivo del plebiscito es que la gente exprese su opinión, lo que nos permitiría impulsar con mayor legitimidad una iniciativa en pos de la renacionalización de nuestro recurso”, explica Aranguiz.
El ex candidato presidencial de la izquierda, Tomás Hirsch, también se refirió al tema durante su reciente gira por el norte chileno. “Es incomprensible para mí que Chile regale su cobre a las multinacionales que se llevan miles de millones de dólares en utilidades sin tributar virtualmente nada”, afirmó el ex abanderado. Actualmente, el 70% del cobre chileno es explotado por empresas privadas que no tributan virtualmente nada. La empresa estatal Codelco sólo controla un 30% de la producción nacional. “El país debería ponerse de pie y movilizarse activamente por la renacionalización de nuestro cobre”, concluye Hirsch.
El precio del metal rojo hoy día está por las nubes (ha llegado a cotizarse en 3,5 dólares la libra), pero esos índices económicos no significan una mejoría en la calidad de vida de la población chilena. Los habitantes parecen no estar dispuestos a seguir de brazos cruzados mientras su principal riqueza hace millonarios a los dueños de un grupo de empresas extranjeras, entre ellas la angloaustraliana Bhp Billiton, que controla los yacimientos de La Escondida, Spence y Cerro Colorado. A un precio de libra de cobre de 2 dólares con 60 centavos, las utilidades que saldrán de Chile el 2006 equivaldrán a 16.000 millones de dólares que irán a parar, en su mayoría, al bolsillo de los ejecutivos de las mineras privadas. Esta situación comenzó con la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Durante el régimen, se inició la desnacionalización del cobre con una serie de normativas que permitieron la llegada de mineras extranjeras ansiosas de obtener jugosas ganancias. Se trata de la ley 18.097 Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras, el Decreto de Ley 600 para inversión extranjera y el Código de Minería. Al cierre de esta edición los trabajadores de la minera privada Spence se preparan para la posibilidad de iniciar una huelga en demanda de mejoras laborales, estimada para el día 26 de septiembre.
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