Por Tomás Pizarro Meniconi, Vice-presidente Nacional Partido Ecologista Verde.
El poder ejecutivo, legislativo y judicial en manos de una persona nos heredó la privatización de las aguas y leyes insuficientes para controlar su uso, trayendo consigo los perjuicios para la pequeña agricultura, dejando las funciones de abreviamiento y el regadío en manos de los monopolios propietarios de los derechos de agua. Así se diseñó el destino y hoy vivimos una de esas consecuencias. LEER MAS...
La entrada en funciones del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial por separado, debió traer como resultados la superación de los desmanes ocasionados con anterioridad, por ejemplo nuevas y mejores Leyes sobre temas emergentes, como el caso de la Ley de Bases del Medio Ambiente, sin embargo los legisladores de ambas Cámaras crearon las condiciones legales para las aberraciones productivistas que destruyen nuestro ecosistema.Por su parte el Poder Ejecutivo se aventuró en incentivar el crecimiento económico, con una matriz energética que favorece tanto los combustibles fósiles como al monopolio del agua y su uso excluyente para las alternativas de fuentes sustentables y renovables. Hoy asistimos al acto final cuyo protagonista mantiene idéntico relato energético que sus antecesores.
En dirección opuesta se ha incrementado la sensatez ciudadana, alertada por los desastres de la energía atómica en Tjernobyl y Fukushima, como también por el efecto invernadero en la atmosfera a causa del calentamiento global, a lo cual aporta especialmente la combustión de los derivados del petróleo. Por esto es que el 82% de la población adulta chilena se opone a las centrales atómicas y también en un 64% rechaza la inundación a causa de represas en los cauces de los ríos.
Del mismo modo como se ha impuesto el incuestionado monopolio del poder y la riqueza, también se pretende instalar la ilusión de la existencia de una sola manera de producir la electricidad, paradojalmente se insiste en que ello es únicamente posible con el agua en manos de un par de familias, las que a su vez son dueñas de las empresas del cemento y el hierro para confeccionar represas, como también son las dueñas de los bancos que financiaran esas obras y del mismo modo poseen las empresas que distribuyen y controlan el uso de la electricidad.
Si los poderes del estado son incapaces para garantizar a la ciudadanía los derechos más elementales, como la libertad de elegir a mejor opción de calidad de vida, éstos poderes se auto anulan en su gestión y dejan en manos del poder monopolizado por un par de familias, los destinos de la nación.
Claro que afortunadamente no estamos en la época de la inquisición, se puede opinar en voz alta y es el tiempo de las comunicaciones en tiempo real, de las redes sociales y del efecto inmediato en la identificación del responsable de alguna aberración. Tal como pesa a los gobiernos de ayer, la consecuencia que se actualizó el 9 de Mayo, también se agrega para el vigente la reacción inmediata de la población.
Porque la dueña de casa más humilde sabe que existen tecnologías que le permiten consumir menos electricidad, es decir que por iluminarse bien paga menos en la cuenta mensual, porque el industrial sabe que debe disminuir costos de producción y se afana en instalar tecnologías que consumen menos electricidad. Por lo mismo surgen productos con nuevas alternativas lumínicas y utensilios cada vez más inteligentes y eficientes, lo cual redunda en la disminución del consumo de electricidad.
Por otra parte el crecimiento demográfico apunta hacia la reducción de la tasa de natalidad, esto implica que las necesidades de energía que tendrá la población en 20 años más serán menores a la generación de energía hidroeléctrica proyectada, sumado a ello la eficiencia del consumo inteligente y las nuevas tecnologías, hacen presagiar una desproporción entre el megaproyecto inundante con el futuro esplendor que preconiza la visión de futuro más elemental.
El empecinamiento contumaz en producir electricidad con la energía de un recurso vital y en peligro de extinción, es la expresión de la mediocridad científico tecnológica que nuestra nación adolece. Es increíble que la comunidad científica se aferre a paradigmas oscurantistas, contribuyendo con su omisión a un estancamiento del conocimiento y a la primacía del apetito que impone el aforismo pan para hoy y hambre para mañana, en circunstancias en que toda la modernidad propicia la investigación para el desarrollo, prevalecen soluciones propias de hace dos siglos atrás.
Otras fuentes de energía como la mareomotriz, la eólica, la fotovoltaica y la solar, se descartan con el argumento de que son caras para producirlas y ello implicaría un precio mayor al consumidor, esta falacia atenta contra la libertad de elegir entre la devastación del ecosistema y la sustentabilidad de los recursos, ya que son los propios consumidores quienes deciden libremente pagar más por los productos generados de forma amigable con el medio ambiente, ello está comprobado mediante el crecimiento de ofertas que buscan satisfacer la demanda de consumidores más conscientes de su decisión de compra.
Los conocimientos universales sobre nuevas fuentes de energías renovables no convencionales, las que excluyen las represas que inundan, dan cuenta de una re-conversión planetaria en esta dirección, lo cual está asumido por los socios comerciales de nuestro país en la organización económica de países en desarrollo, especialmente por el impacto negativo que este tipo de propuestas generarán más allá de nuestras fronteras, cuestión que es anulada en su consideración por el sesgo analítico reduccionista del impacto en un área que es reservorio de la biodiversidad mundial.
La mentalidad criminal que ha generado la aprobación de una insensatez, ha comenzado a evidenciarse, por una parte la reacción ciudadana que la rechaza y por otra parte lo insostenible de una mentira en el corto plazo, por ejemplo el avance de los peritajes que establecerán que se manipuló los informes técnicos, constituyendo el delito de falseamiento ideológico de instrumento público.
Queda en manos del Poder Judicial el proceder diligente, transparentando la necesidad de corregir la aplicación de una Ley insuficiente y el abuso criminal que se hace de ella. Queda en manos del Poder Ejecutivo implementar la normativa de participación ciudadana, realizando un Plebiscito sobre la Matriz Energética sustentable que proteja nuestro ecosistema. Queda en manos de la ciudadanía renovar completamente el Poder Legislativo. Queda en manos de toda la nación dejar la mejor herencia donde sigan viviendo nuestras familias.
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