Chile, a través del gobierno de Sebastián Piñera, el pasado 15 de Junio vendió el recurso estratégico MAS IMPORTANTE en la actualidad, el agua. La Corfo remató las acciones que el Estado chileno poseía en las empresas sanitarias (35% en Aguas Andinas, 29% en Esval; 45% en Essal, y 43% en Essbio), dado que los otros porcentajes ya habían sido rematados en los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos respectivamente.
Actualmente 2.6 mil millones de personas carecen de saneamiento adecuado y 884 millones de personas carecen de acceso adecuado al agua en el mundo (WHO/UNICEF, 2010)
Los problemas del agua son problemas de gestión directamente relacionados con el modelo de desarrollo. Un modelo que se alimenta del consumo de productos muchas veces innecesarios.
LA PRIVATIZACION DEL AGUA
El agua es el principio de la vida, es la vida misma. El agua era la mayor bendición que regalaba el cielo con la lluvia, la tierra con sus fuentes, y los pozos que el mismo hombre podía abrir. En esencia, el agua es libre, va más allá del control humano, juega un papel esencial desde la generación de energía eléctrica, pasando por la producción de alimentos, aparatos electrónicos hasta nuestro aseo personal y sobrevivencia: vivimos gracias al agua.
Pero en nuestro país los recursos hídricos son “inversiones pasivas prescindibles”, se pueden vender, es un negocio. Sin embargo nuestro marco jurídico que establece el Código de Aguas, señala que el agua es un “bien nacional de uso público” y además un “bien económico”, lo que permite su venta y autoriza legalmente la privatización del agua a través de concesiones de derechos de uso gratuitamente y a perpetuidad, en definitiva el mercado del agua es legal.
LOS EFECTOS DE LA PRIVATIZACION
Si bien la privatización del agua en Chile, ha permitido propiciar una mayor cobertura tanto del suministro de agua potable y del servicio de alcantarillado, eso sí solo en los sectores urbanos o concesionados, porque los sectores rurales aún carecen de suministros adecuados de agua potable y sistemas de tratamiento de aguas servidas inexistentes o inoperantes, esto implica un costo no menor para todos los chilenos.
La regulación del estado Chileno a estas empresas sanitarias concesionarias de estos servicios básicos, agua potable y alcantarillado, esta otorgada a la SISS, Superintendencia de Servicios Sanitarios, organismo regulador y fiscalizador, que con la política de un “pequeño estado” cuenta con personal insuficiente para ejercer su rol, en unos casos dos funcionarios por región, cuando el universo de plantas de agua potable, plantas de aguas servidas y sistemas de tratamiento de residuos industriales líquidos es enorme, no tienen capacidad de fiscalización en terreno, solo supervisan autocontroles que remiten las empresas.
Desafortunadamente, en algunos casos las empresas sanitarias en el manejo del agua no sólo no han cumplido con lo que se esperaba de ellas, sino que además han traído nuevos problemas. Promueven aumentos en las tarifas, no invierten ni cumplen los plazos de lo pactado, tienen problemas de eficiencia en el servicio, en la calidad del suministro y en el cumplimiento de los parámetros de descarga de sus aguas servidas a los cursos de agua superficial.
Ante el hecho real, de que en Chile la gestión del agua está en manos privadas, debemos esperar que el Estado entregue los recursos necesarios y el personal idóneo para que los organismos regulatorios cumplan su rol, y no nos vamos a encontrar en este tema como el caso “la Polar”, dado que las auditorias de algunas de estas empresas también las realiza la empresa que auditaba a esta multitienda.
Finalmente, el sentir ciudadano a la luz de estas sistemáticas acciones de privatización de nuestros recursos naturales, sin conceptos de sustentabilidad, al vender el patrimonio de todos los chilenos, solo plantea desafíos, ¿dejaremos algo de nuestro patrimonio a las generaciones futuras?¿porque se vendieron las acciones de Corfo, si con las utilidades teníamos ingresos permanentes?¿las empresas sanitarias serán capaces de responder a las necesidades de la ciudadanía?¿privilegiaran el suministro a la población o a las empresas privadas?¿respetaran las fuentes de aguas protegidas para la biodiversidad?¿los costos del servicio serán razonables y justos?¿ante impactos no previstos, tendrán capacidad de respuesta eficiente y oportuna?......
“El agua es la materia y la matriz, la madre y el medio: No hay vida sin el agua.” (Salmo 24:1‐2).
Mónica Rivera Farías
Ingeniero Civil Químico – Magister en Ingeniería Ambiental
Directora Ejecutiva Riverambiente Consultores
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